lunes, enero 11, 2010

Olive Kitteridge


Ya que estoy en espera de leer los otros dos libros de la trilogía Millennium por Stieg Larsson, compré el libro que tenía pensado adquirir el pasado diciembre. Se llama Olive Kitteridge, escrito por Elizabeth Strout y ganador del Premio Pulitzer 2009 en la categoría de Ficción.

¡Qué buen libro! Olive Kitteridge es una maestra de matemáticas en un pueblo llamado Crosby, en el estado de Main. El libro está formado por 13 historias cortas, donde bien Olive puede ser la protagonistas a los 50 años, o a las 72 o sólo es mencionada por otros personajes del libro, algunos ex estudiantes de su clase, amigos o personas que sencillamente viven en Crosby.

La narrativa fluye de manera extraodinaria, y las 13 pequeñas historias nos hacen reflexionar sobre diversos aspectos que van desde la anorexica, infidelidad, amor, rencor y todo mediante el personaje de Olive que en ocasiones no toleraba, pero que otras comprendía y me identificaba. Ahora que escribo, creo que es la primera vez que algo así me sucede con un personaje de libro; normalmente o amo a algún personaje o me choca, difícilmente alguien me agrada en un capítulo y luego lo odio o viceversa. Con Olive fue distinto, quizás porque la autora la refleja justo como lo que es, una mujer caracter fuerte, que dice lo que piensa y que no se disculpa, que ama a su familia y que se preocupa por los demás ayudándolos como ella juzga conveniente ... no lo sé, es un gran personaje y el libro merece 100 mil oportunidades.

2 comentarios:

An Wild dijo...

No pinta mal...

Te dejé otro comentario en una entrada sobre Bukowski.

Un saludo :-)

Cecilia M dijo...

Hola yo también acabo de leerlo y me ha encantado. De hecho, acabo de hacer un post en mi blog: nuncatehagaslibrero.blogspot.com
Esto que te ha pasado a ti con Olive, también me ha pasado a mí y me recuerda otro personaje maravilloso que ha quedado grabado en mi memoria: La Mennulara, protagonista de la novela del mismo nombre de la autora italiana Simonetta Hornby Agnello. ¡Es maravilloso que haya tanto talento!